Hoy me he tropezado con un nueva palabreja de estas que se ponen de moda y que es la co-creación. Hay quien la escribe con un guión: «co-creación», o separado «co creación», pero la forma correcta de usar el prefijo es pegándolo a la palabra sin más. De todos modos, así escrito me hace daño a los ojos, por lo que me permitiréis la licencia y lo voy a escribir con el guión entre el prefijo y la palabra.
Me llamó la atención el término porque creo que transmite una idea que consideramos clave en Ebantic. Rascando un poco en Internet resulta que este término ya es utilizado en marketing como una estrategia de las marcas para involucrar a sus clientes en el diseño de los productos. Vamos, utilizar la experiencia de usuario para mejorar los productos existentes y crear de nuevos. Hasta ahora, lo normal era vender un producto a un cliente y después enviarle una encuesta para valorar si el producto había satisfecho las expectativas. En cambio, la co-creación va de generar un producto a medida con el cliente, que cumpla perfectamente con sus requerimientos y con sus necesidades. Lo que, en nuestro caso, siempre hemos denominado software a medida.
Pero claro, la co-creación tiene su trampa, o su dificultad. Es un ejercicio complicado de puesta en común en un entorno de confianza y de conocimiento mutuo. Es difícil co-crear (que mal suena) una aplicación que gestione el proceso de venta de una empresa si de antemano desconozco el sector, la empresa en sí, y sobretodo si desconozco lo que es un proceso de venta. Es muy habitual la queja de un cliente que ha contratado los servicios de una gran consultora y que acaba contando a los consultores junior (que le han colocado a precios astronómicos) de que va su negocio en vez de que sean los primeros los que aporten conocimiento.
Hablando de esto con Alejandro de la empresa Evendor, coincidíamos en que el valor diferencial por el cual un cliente nos contrata un servicio es ese conocimiento. Los clientes no nos llaman porque sepamos desarrollar software, sino porque conocemos su negocio, entendemos sus requerimientos y somos capaces de, como dice un buen amigo, pasar de las musas al teatro. Y que encima la obra resultante sea un éxito de taquilla. Hoy en día, la creación de una aplicación (sea la que sea) no es un trabajo único del desarrollador, sino que debe haber un entendimiento profundo de la necesidad, del por qué de cada requerimiento y, solo de esta forma, seremos capaces de crear conjuntamente una solución que encaje perfectamente con el negocio.
Cuando me preguntan qué hacemos en Ebantic, debería decir que co-creamos soluciones con nuestros clientes para satisfacer sus necesidades de negocio. Es decir, no colocamos un producto sin más, sino que lo que hacemos es, a partir de la suma de nuestro conocimiento más el del cliente, construir una solución que resuelva perfectamente la necesidad planteada. Pero claro, si hiciéramos esto cada vez desde cero sería una locura, por lo que nuestra propuesta es un híbrido. BPM4media, nuestra propuesta de valor, es como un Lego y a través de iteraciones conjuntas con el cliente, vamos encajando piezas ya construidas y en algunos casos implementando algunas nuevas, para acabar obteniendo una versión totalmente customizada para esa necesidad en concreto.
Es verdad que no es el mejor modelo de negocio del mundo, ahora que lo que está de moda son los modelos escalables y que se puedan replicar para obtener el máximo beneficio a un mínimo coste. Además, como ya dije, es complicado de gestionar ya que es difícil de acotar el proyecto al inicio, ya que será a base de iteraciones cuando vayas dando forma a la solución, y a esto le tienen pánico tanto clientes como fabricantes. Los primeros porque no quieren acabar en una espiral eterna de desarrollos, y los segundos porque es más fácil y más rentable vender producto cerrado. Es por este motivo que me remito a lo que decía al principio: este modelo solo es viable en un entorno de total confianza y transparencia con el cliente.
¿Mejor co-creación qué producto cerrado? Pues, como hemos visto todo tiene sus pros y contras, pero sinceramente creo que la co-creación es el único modelo que es capaz de construir una solución que se adapte perfectamente a la necesidad. Sobretodo en estos tiempos que corren, en que los negocios cambian día sí y día también.
Nuestra imagen de referencia es un maniquí con código embebido. Hace no tanto tiempo, un traje era un proceso de co-creación. El sastre aportaba toda su experiencia y conocimiento y el cliente daba su opinión sobre como le gustaría el traje y contándole para que lo necesita, una boda, el trabajo, una fiesta informal… De forma sistemática volvían a quedar para realizar pruebas y comprobar que se cumplía la expectativa del cliente. El resultado acostumbraba a ser el traje esperado. Hoy en día la metodología Agile de creación de software tiene muchas similitudes con este proceso. Por desgracia los trajes a medida (literal) han pasado a la historia, pero el proceso sigue siendo el mejor para conseguir aquella aplicación perfecta para nuestro negocio.