Soy de los que ha aprendido a valorar el tiempo que pasamos cada día para ir y volver del trabajo. En mi caso es una media hora por trayecto, y la mejor forma de aprovecharlo es viajar en transporte público. Leer un libro mientras te llevan, hace que el día empiece de forma relajada, sin mirar el reloj continuamente mientras estás atrapado en el atasco de entrada a la ciudad.
Desde que fundamos Ebantic, ¡!hace ya 3 años!!, utilizo el metro o el tren para ir de mi casa a la oficina. Y en el acceso al metro me he acostumbrado a escuchar el siguiente mensaje publicitario:
4 mecheros 1 euro, mechero largo de cocina 1 euro.
Este mensaje, a través de una voz grave de fumador, sale de un hombre al que saludo casi cada día. Me lo encuentro a la salida de los tornos y siempre repite el mismo mensaje sin variación alguna. Con la misma entonación, las mismas palabras. Solo incorpora un ‘buenos días’ como respuesta cuando alguien le saluda, pero enseguida vuelve a transmitir su mensaje publicitario: 4 mecheros 1 euro, mechero largo de cocina 1 euro. Cada día, durante los tres años que hago este trayecto.
Cuando inicias una startup, los mentores y asesores te aconsejan de la importancia del mensaje. La comunicación es básica para una empresa y el mensaje tiene que ser claro, conciso, corto. Tiene que ser entendible para todo el mundo y fácil de recordar. Recuerdo a Carrasco, un personaje un poco freake, que nos decía: a nadie le importa tu empresa, y las otras empresas solo quieren que te hundas. Nadie te conoce, nadie sabe de ti ni lo que haces… ¿cómo vas a sobrevivir?. Comunica!!, y solo entonces tendrás una oportunidad, aunque muy mínima.
En los inicios de Ebantic, nos era muy complicado explicar lo que hacíamos, y eso nos preocupaba enormemente. Ya he comentado en algún otro post que lo nuestro es difícil de contar. El concepto de BPM (que por cierto ha muerto, os lo contaré en enero), las integraciones, los procesos… Solo tenéis que echar un vistazo a nuestra web www.ebantic.com y ver cómo nos liamos para intentar explicarlo, (acepto críticas constructivas). Cuando teníamos una presentación de empresa, ya sudaba antes de subir al estrado. ¿Cómo transmites algo tan complicado de forma clara, concisa, corta y encima a legos del tema? ¡Y cuando se trataba de dar un elevator speech ya no os cuento!! Y en esos momentos siempre me volvía a la cabeza el mensaje del hombre que vende mecheros. ¡Porque vende! Yo mismo me he convertido en un distribuidor de sus mecheros en mi entorno. Cuando detecto que alguien necesita un mechero, siempre le digo que ya se lo consigo yo, que tengo un buen proveedor. ¿Por qué no puedo transmitir de una forma tan clara como él?
Hay un libro que os recomiendo y que se llama ‘La isla de los cinco faros’ , de Ferran Ramón-Cortes, RBA 2007, que cuenta como debe ser el mensaje para llegar a un auditorio:
“Debe ser un gran mensaje, explicado de forma memorable, con un lenguaje que conecte, teniendo en cuenta que el mensaje válido es el que percibe la gente, invitando en lugar de convencer. Y todo ello, siendo capaces de mover emociones.”
Quizás el hombre de los mecheros no tiene un gran mensaje, ni lo cuenta de forma memorable. Pero lo que está claro es que ahí está cada día, constante y sin decaer. Estoy seguro que conecta con la gente y que quien necesita un mechero sabe dónde acudir. Además, cada mechero que vende lo testea delante del cliente y si falla lo cambia por otro. Servicio postventa y garantía incluidos.
La burbuja de las startups mueve muchos gurús, libros, mentores, que asesoran a emprendedores para dar los primeros pasos en sus proyectos. He conocido algunos de buenos y otros mediocres, pero el único que me hace pensar cada mañana tiene su negocio en el metro y, como un faro, repite de forma continua su único mensaje para los miles de personas que pasamos por allí: 4 mecheros 1 euro, mechero largo de cocina 1 euro.
Photo: CC BY-ND 2.0 TLand74