En el último IBC, y como ya va siendo una tendencia consolidada, el HALL 14 sigue creciendo año tras año en la feria de Ámsterdam. Este pabellón, medio vacío en sus primeras ediciones, se ha ido llenando de visitantes, interesados y atraídos por esas ‘otras’ empresas del sector que nada tienen que ver con la visión tradicional del negocio.
Este pabellón se compone de empresas relacionadas mayoritariamente en servicios alrededor del OTT. Streaming, encoding, players y nuevos servicios basados en la innovación como el ‘machine learning’, el ‘big data’ o la realidad virtual. Sean empresas de referencia como Google, Facebook o RedHat, o startups, de dimensión más modesta, que empiezan su andadura.
Tradicionalmente los fabricantes de nuestro sector han sido empresas focalizadas en nuestro vertical, monoproducto u ofreciendo un end-to-end. Es decir, si querías montar una tele no tenías más remedio que acudir a estas empresas ya que tenían el knowhow por un lado y la tecnología por otro. Esto no solo pasaba en el Broadcast, sino que tenemos ejemplos en cualquier sector. No todo el mundo podía publicar un periódico ya que necesitabas realizar una inversión muy alta en tecnología, o lo mismo con la música: masterizar y planchar un vinilo no era precisamente barato y tampoco todo el mundo sabía hacerlo.
Pero la barrera de entrada real era el knowhow. O eso pensábamos. Hace unos días, comiendo con una colega del sector (y a la cual dedico este post), comentábamos que era habitual utilizar un mantra que nos otorgaba cierta superioridad ante posibles intrusos que querían meterse en nuestro negocio: precisión de frame, código de tiempo, Frame rate, intervalo vertical, formatos, codecs… Nuestra terminología era suficiente para tumbar al posible competidor ante nuestro potencial cliente: pero, si no sabe ni lo que es un código de tiempo… ¿Te vas a atrever a comprarle a él?
Estos mantras se han ido repitiendo en todos los sectores hasta que uno tras otro ha ido cayendo. Es verdad que el conocimiento es importante, pero a veces también se convierte en una inercia, una capa de contaminación que impide ver las transformaciones del negocio hasta que es demasiado tarde y, sin darnos cuenta, nos entran hasta la cocina.
Las startups que están naciendo en nuestra industria no tienen el knowhow. Están formadas por programadores, analistas, matemáticos. Igual te crean una aplicación para traerte la compra a casa, pedir un taxi desde el móvil o una continuidad en el cloud para que puedas montar un canal de televisión en una semana, y todo ello utilizando plataformas IT OpenSource. Cuando los consultores nos hablan del Cloud, tenemos preparada la batería de respuestas (nuestro mantra): los ficheros pesan mucho, gestionar los directos es imposible, el retardo que puede haber al operar en la escaleta, la seguridad, pero ¿Cómo va a funcionar en cloud un negocio que necesita servidores dedicados de video, matrices de conmutación en el intervalo vertical, distribuidores, embebedores, desembebedores, sistemas de automatización con precisión de frame, monitores de audio, multipantallas, monitores de grado uno….? ¿Estamos locos? (…) Pero cuando te despistas, viene una empresa que no es del sector, que no tiene ningún prejuicio adquirido, y te monta una continuidad en Cloud. Y en modelo de servicio, sin inversión en infraestructura. Y escalable, que puede albergar cientos de clientes sin tener que instalar cada vez la plataforma. Y además funciona. Y es entonces cuando nos hacemos la pregunta clave: ¿por qué no se me ocurrió a mí? Porque esto exige pensar de otra manera, salir de tu zona de confort (expresión muy gastada pero que define perfectamente la situación), arriesgarte, no creer en mantras, dudar de cualquier idea preestablecida.
Ha pasado en muchos sectores. La Transformación es imparable. La convergencia IT, las nuevas formas de entender los negocios están cambiando las reglas de juego. Lo que te parecía imposible te lo encuentras un día en una web, posicionada en Google con Adwords y con precios impensables en nuestro sector.
Hace unas semanas, en Bit Experience, finalizaba la conferencia con FOX sobre continuidades en Cloud reflexionando sobre este tema. Una persona del público me corrigió: esto no es una reflexión, es una realidad. Es verdad, ya la tenemos aquí. Los nativos digitales están empezando a crear empresas que funcionan con otra lógica, otra forma de ver el mundo. Y no hay barreras que lo impidan.
Pero no todo está perdido. Como decía unos párrafos más arriba, el knowhow, la experiencia sigue siendo importante y es nuestro mayor valor. Los inmigrantes digitales podemos ayudar en esta transformación, nuestro conocimiento es muy valioso para el éxito de los proyectos que van a cambiar el negocio de la televisión. Pero no nos equivoquemos, sin nosotros también lo harán.
Adaptando la cita de Jean Cocteau: Lo hicieron porque no sabían que era imposible.